SEGURIDAD Y PROSPERIDAD...

Estoy convencido que la elección del doctor Juan Manuel Santos como presidente de Colombia sucediendo al doctor Alvaro Uribe Velez, además que lo fue con los votos de éste, fue motivado por virtud de que continuaría aquello de la "Seguridad Democrática" que tantos beneficios había causado a la población cuando aquellas zozobras propiciadas por la presencia en todo lugar de las fuerzas de las Farc. no posibilitaba sino desazón en todos los Colombianos. Semánticamente el hoy presidente Santos izó la bandera, no de aquella "seguridad" sino de la "Prosperidad Democrática" jalonada por sus varios vagones. Lo cierto es que la tranquilidad que había perdido el pueblo Colombiano sin posibilidad de ser recuperada por el sello impreso por el doctor Andres Pastrana, finalmente se fue recuperando y ganando durante los ocho años del entonces presidente Alvaro Uribe Velez y lo incuestionable fue que, para la fecha de la dejación del cargo, la guerrilla, si bien no había desaparecido, se encontraba bastante menguada y ad portas de su desaparición, pero desafortunadamente para aquel pueblo optimista ya y, en hora buena para la insurgencia, se produjo aquel cambio en el timón; al no ser la seguridad la meta, sino la prosperidad, se bajó la guardia con el consecuencial resurgimiento guerrillero que volvió a azotar nuestro territorio: ya nos habíamos olvidado de los secuestros masivos y hoy las farc tienen cercados y prácticamente bajo esas condiciones a doscientos Colombianos. Si se conjugasen las cosas, es decir, la seguridad del presidente Alvaro Uribe Velez y la prosperidad de Juan Manuel Santos, todos los Colombianos lo recibiríamos con alborozo, pero no, la inconformidad y el desconsuelo coge fuerza.

Difícilmente, por no descartarlo de plano, una prosperidad se obtiene bajo las circunstancias de desasosiego que produce la presencia masiva y diseminada en todo el territorio Colombiano de las Farc y sobre todo con la conciencia de sus acciones en contra de quien se suponía por virtud de su génesis, era el destinatario de su buscada y anhelada justicia social.