POLITICOS...

El mundo entero tiene conciencia de lo que sucede con los gobiernos que finalmente terminan perpetuándose; lo acontecido en los últimos tiempos con Siria, Libia, Egipto, Yemen, son muestra de ello, donde sus mandatarios se han atornillado por muchos lustros a sus cargos con la solitaria meta de llenar sus arcas, de enriquecerse hasta más no poder, obviamente en detrimento de todo un pueblo. Es evidentemente claro, así suene pleonistica la sentencia. Y eso se observa hasta en las más mínimas esferas, lo que indica que constituye un problema que, como mental que es, tiene su génesis desde la familia de la que, muy a propósito, su consideración de ser el núcleo fundamental de la sociedad no es gratuita. Es absolutamente entendible la situación. Ahora, si ese endémico comportamiento es de perogrullo, como que no hay quien no solamente lo manifieste en los consabidos corrillos callejeros sino que lo critica agregando que no lo soporta más, porqué no tomar ya absoluta conciencia del mal que significa la perpetuación de una sola persona en el poder, así haya arribado con muy buenos propósitos. Choca con la democracia finalmente, sin que resulte lógico pensar que un programa de gobierno en su totalidad pueda finiquitarse en cuatro años, pero, aquella forma arraigada de gobernar por quienes tienen la sarten por el mango, hace que se suponga lo contrario y sencillamente se daba evitar futuros dolores de cabeza cuando las oscuras intenciones del mandatario en turno comiencen a agobiarnos. Reformas van y reformas vienen, sobre todo a la Constitución Política, no tiene otra finalidad o para decirlo claramente, no tiene intenciones altruistas ya que este término no se encuentra en el diccionario de los políticos. Si el presidente de turno no tiene la suficiente valentía para reconocer el vencimiento de su ciclo, en el pueblo no debe faltar ya que somos los directamente perjudicados y/o beneficiados; pero es que de esto último no se trata ya que si fuese así otra cosa podría ser.