CADENA PERPETUA...

Primero ocurrió con los muertos, ya eran tantos y en tan disimiles circunstancias que Colombia ya no se alarma de escuchar y leer a diario la historia de un compatriota asesinado; ahora es el dinero el que evidencia una vez más la situación, cuando, ya no refieren las diarias noticias verbales o escritas el apoderamiento de millones de pesos sino de "billones" de pesos -óigase bien- billones de pesos, cantidad que sencilla y escasamente esta a nuestro alcance para pronunciarla, para nada más. Ya nuestros famosos corruptos; políticos corruptos y su séquito no se sacian con algunos millones de pesos, no, deben llenar sus arcas hasta la saciedad. Y lo más triste es que al respecto los noticieros brindan la información y nosotros la escuchamos, y pare de contar, no pasa absolutamente nada hasta el día siguiente en que los billones son duplicados o triplicados y sigue, no pasa nada. Que Fondelibertad, que el carrusel de la contratación con los Nule y los Moreno y ahora que el carrusel de la salud y, no sucede absolutamente nada con la justicia Colombiana, fuera de los pañitos de agua tibia que suelen comportar sus decisiones.

Ya es hora de cortar de raíz con todo eso; ya no más, hasta cuándo se roban olímpicamente el erario público con el beneplácito de muchos y, los órganos de control, como se estila ahora: bien gracias.

La senadora Gilma Jimenez está detrás de la cadena perpetua para los violadores de niños, cosa por demás fantástica que cuenta con la aprobación unánime del pueblo Colombiano, que fue lo que debió de observar en la pasada oportunidad la Corte Constitucional y no la existencia de intrascendentes vicios que contra la decisión popular no debería tener cabida. Pero bueno, solamente era una referencia para señalar que aquella cadena perpetua igual debería cobijar sin cortapisa alguna a los corruptos, a todos aquellos que sin temblarle la mano se apoderan del dinero del erario público, de la plata de todos los Colombianos que en muchas de las ocasiones para la fórmula y entrega de una droga que se le receta encuentran los obstáculos habidos y por haber, mientras aquellos delincuentes se sustraen el dinero con una facilidad impresionante, simple y sencillamente porque es eso: un carrusel.

Apropiarse de todos esos billones de pesos para luego de un acuerdo que posibilita nuestra legislación adjetiva, salir luego de dos, tres o cuatro años a disfrutarlos en una paradisíaca isla, no propiamente es lo más justo y legal; lo más sensato es que el dinero se le expropie nuevamente mediante el instituto de la extinción del dominio y por su conducta, de contera, pague de esa forma. Y así termina Colombia de ser considerada el banco a robar.