CUENTO DE HADAS?

Como si lo hubiese pedido cual tema recurrente en mi descanso nocturno, lo primero que observé en la página de Facebook fue la referencia a la posición científica del ilustre Sthepen Hawking en torno a que constituye un solitario "cuento de hadas" la vida después de la muerte. Su explicación entre otras cosas tiene sentido y lógica, ya que la forma de minimizar un temor es hacerlo grato y constituye un hecho supremamente notorio que la muerte es temida a lo largo de los años, justamente porque ha sido un enigma lo que "allá" nos espera. Lógico es que se haya acuñado y difundido en el tiempo el paso a un paraíso para aliviar el temor. Razón tiene el científico; no es gratuita su ubicación en el panorama mundial.

Somos un puñado de experiencia y como tal, para lograr la perfección como con su consejo de obrar bien lo admite el mismo científico, no sería lógico que pereciéramos de raíz o de tajo cuando material o físicamente nos extinguimos; sería naturalmente entendible y comprensible bajo esa concepción que la experiencia acumulada no en vano sea el producto de disímiles circunstancias que se tuvieron que afrontar para acuñarla, como que el sufrimiento y el padecimiento trasciende; de hecho, también murieron por nosotros.

El tiempo ha sido eso, la apilación de vivencias buenas y malas constitutivas de experiencias al fin y al cabo que finalmente arrojaran en el ser humano la excelencia buscada y anhelada como mandato Divino; es la razón que soportaría el rechazo a la infructuosidad de la muerte como absoluto finiquito: quien murió por nosotros y para nosotros, con nosotros está y de suyo, el acopio de sabiduría que El tuvo, en la justa proporción debemos tenerla, acumularla y trascenderla como un eslabón de la cadena que constituye la vida.

Como en aquel momento se estará entonces más allá del bien y del mal, la esperanza la constituye otro escenario donde seguramente bajo otras circunstancias continuaremos el rol y llegará el momento en que para aliviar los temores no tendremos que inventarnos un "cuento de hadas" porque a ningún mal se le temerá. Entonces, todo depende de nosotros mismos; si tenemos que hacerle eco al famoso "cuento de hadas" o no.