DINASTÍA ?

Constituye algo normal y de hecho, explicablemente comprensible, que el hijo se incline por los oficios de su padre para continuar con ellos en su vida futura. Tiene su sustento en que durante su formación le observó día a día en una actividad que finalmente le caló; de suyo, el proceso de aprendizaje no excluye esa posibilidad. Es la razón de la existencia de lo que alegremente suele denominarse como una "dinastía", cuando varios miembros de una familia finalmente terminan desempeñando cargos públicos por virtud de su inclinación en la política e incluso, con aspiraciones presidenciales como acontece hoy en día con la candidata Keiko Fujimori en el Perú, quien, con razón o sin ella ya que ese específico asunto no constituye tema ahora, es destinataria de toda clase de improperios. El gusto y la inclinación compartida no tiene otra connotación, por lo que, per se, no debe ser objeto de descalificación, no solamente aquella mujer candidata, sino todo integrante de una familia que por las explicaciones consideradas termine seducido por la profesión o el oficio de su progenitor.

Es absolutamente natural, por lo mismo entendible y comprensible. Es el morbo el que inclina la balanza que debe sopesar la situación.

El hijo no heredó ese gusto y menos heredará el comportamiento irregular de su padre significado en sus corruptelas; no, de eso no se encargan los genes, luego resulta injusta una estigmatización de tal proporción que finalmente pueda impedir algún potencial mandato transparente, eficiente y eficaz del candidato en turno porque aquel específico nombre sencillamente lo motivó su condición mediática.

Si bien es cierto que la corrupción no tiene nacionalidad y que se campea a lo largo y ancho del orbe, tambien lo es que, así sea en una mínima cantidad, existen personajes limpios y por lo mismo confiables y quién puede asegurar que uno de estos desafortunadamente ocupe un tal lugar.

Y, a propósito, Colombia muy seguramente se privó de un próspero mandato que le había podido brindar el inmolado Alvaro Gómez Hurtado, justamente por esas circunstancias.