APOLOGIA DELICTIVA

Se ha especulado mucho respecto de la forma y eficacia del aprendizaje: ora mediante el conocimiento transmitido por quien se dice conoce el tema, ya por la visión e interpretación que hacemos de la experiencia ajena o por la directa vivencia o experiencias propias. El cuestionamiento o el interrogante que me he planteado repetidamente es ese, cuál debe ser y cuál es el eficaz?  Si bien no es el tema que ahora pretendo desarrollar brevemente, sí tiene mucha relación con la cuestión, el caso que hoy me mueve.

Nuestros jóvenes o mejor, nuestros adolescentes se han formado el ideal de la vida fácil, de la consecución de sus propósitos sin el mayor esfuerzo y, para ello constituye caldo de cultivo las series de televisión que las programadoras privadas con que contamos se han dedicado a transmitir una y otra vez; ya "El Capo", luego "Escobar, el Patrón del Mal" y la última "Los tres Caines", a titulo de ejemplos, sencilla y llanamente se constituyen en apología del delito dentro de una mentalidad frágil que no funciona sino con el mecanismo del dinero fácil y sobre todo abundante que les proporcione los lujos y las comodidades para las que no están dispuestos a obtener de otra forma diferente; entre otras cosas, tales sugestivas series cuentan con los dos elementos que a la juventud o a la adolescencia seduce en grado sumo: el dinero y las armas. Con el uso de las segundas, obtengo lo primero.

Nuestro medio social, es decir, la actualidad donde se han levantado aquellos adolescentes justamente ha sido ese; la guerra, el sicariato por doquier, el narcotráfico a grande o en menor escala. El dinero en exorbitantes sumas que deja lo uno y lo otro y del cual aquellas series televisivas le dicen que pueden conseguirlo así, sencillamente terminan por desestabilizar la consciencia de quienes, contrario sentido, de continuar por el sendero transparente y ajeno a cualquier atajo, pudiesen convertirse en los lideres que tanto necesitamos. Pero como la consciencia que puede sembrarse en la juventud y en la adolescencia nada les importa, finalmente interesa un higo transmitir la serie que sea, luego, como lo que inclina la balanza es la audiencia y la venta, sencillamente se produce y se consume lo que mas gusta al auditorio que entre otras cosas no cuenta con la protección estatal para evitar que no se atente contra el televidente menor de edad sobre todo, porque, como reza el adagio popular "no se puede patear la lonchera"; cómo esperar entonces que el gobierno nacional se ocupe de estos episodios? Los ojos para otro lado!

Personas que han sido, fueron o son absolutamente insensibles e inhumanas cuyo comportamiento siempre fue al margen de la ley atropellando, desplazando o sencillamente matando; que obtuvieron la enorme fortuna y el consecuencial  poder de esa indiscriminada forma y de contera el miedo en primera instancia de quien les rodea y en últimas del mundo entero, se constituyen en esas mentes frágiles y aun endebles, en el adalid, en el modelo a seguir, máxime cuando, además de la ya comentada pasividad y permisividad del Estado en el control, ha sembrado en la misma voluble mentalidad adolescente la idea de que luego de delinquir, sobre todo en mayor proporción, se negocia con la probabilidad, primero, de quedar con la enorme fortuna y, segundo, de no ser recluido en centro carcelario alguno.