OPINIONES...UNA FORMA DE TOMAR PARTIDO.

Leía de la Senadora del Centro Democrático Paloma Valencia un articulo intitulado "La Otra Pandemia" alegórica no propiamente a las Redes Sociales como tales como si al aprovechamiento exprofesso que de ellas hacen ciertos personajes. En efecto, la misma me da margen no solamente para coadyuvar su critica, sino también para hacerla extensiva a quienes se dejaron absorber sin reparo alguno en la telaraña que comportan las mismas, cuando sin dedicarles un instante para escudriñar la veracidad de lo que han recibido en una cadena insensata y desabrida, sencillamente optan por compartir. De hecho, obviamente existen malévolos personajes sobre todo en la vida política que si saben para que les puede servir las redes sociales: inventan, calumnian y despotrican de quien consideran un invencible obstáculo, con el convencimiento pleno y absoluto -cosa de lo que no se equivocan- que todos sus súbditos y cortesanos solamente lo compartirán y muy seguramente con un apunte en la misma lin

El desencanto respecto de la política después de ocho años criticando, reprochando y hasta maldiciendo el paso de Juan Manuel Santos por la presidencia de la República, ahora, observando a Ivan Duque, sembró la duda respecto si es menester sudar tanto esa camisa ajena cuando el País que la representa ya tiene sus designios por quienes se creen sus dueños, obviamente a instancias nuestras que solo somos manipulables. El arribo de Alvaro Uribe Velez a la presidencia de la República realmente lo aplaudí como muchos Colombianos mas; su seguridad democrática que redujo la insurgencia devolviendole la tranquilidad al pueblo Colombiano que se hallaba contra la pared por virtud de la complacencia de gobiernos anteriores, constituyo uno de los factores que finalmente le propiciaron ganarse aquello de "El Gran Colombiano". Es la verdad, así sus detractores políticos digan lo contrario en ese afán desmedido de quitárselo de encima para poder seguir haciendo de Colombia lo que quisiesen.

Comenzamos un nuevo año que, atendiendo los buenos deseos y la prosperidad que a diestra y siniestra se nos expresa por todos nuestros familiares y amigos cuando el 31 de diciembre arrima a las 12 de la noche dando inicio al nobel, deberíamos afrontarlo con una personalisima decisión, es decir, siendo nuestro motor sin esperar que aquellos familiares o aquellos amigos o el mismo Estado nos solucione las vicisitudes a las que el diario vivir nos confrontara en este transito que sin duda tiene su finalidad y no propiamente es esa: vivir a expensas cual rémora. Ha finalizado un año particularmente trágico por virtud de la controvertida pandemia del Covid 19 y hemos iniciado otro bajo el mismo sino, por lo que, a propósito de aquella "personalisima decisión", no se puede desechar, desdeñar o sencilla y olímpicamente omitir para posteriormente estar excusándonos en todos y menos en nosotros mismos que siempre hemos estado llamados a nuestra propia responsabilidad. Somos una muy pe