MANO DURA (1)
Acaso no nos enseñó Jesus de Nazareth que en ocasiones la mano dura debe aflorar? La cita bíblica del Evangelio según San Juan 2: 13-16 es evidencia inexorable de ello, cuando, observando Jesus en lo que los mercaderes habían convertido la Iglesia los lanzó sin dubitación alguna. Esta enseñanza en nuestra cotidianidad ha de extenderse a innumerables episodios por virtud de la tácita permisividad que erróneamente es interpretada por quien suele ser infractor, en otras palabras, por quien es incapaz de discernir la respectiva situación y comprender que su actitud va en contravia. De ejemplos estamos plagados; desde la familia como núcleo fundamental de la sociedad hasta el Estado mismo, como aquel abstracto ente donde todos confluimos y que por ser no otra cosa que la casa de todos, demanda y exige el compromiso solidario dirigido a velar por su absoluta integridad. Una sana y lógica visión de esa realidad no otra conclusión permite; de hacerse, no tendría sentido nuestra presencia en este planeta.
La "mano dura", como final del infructuoso, pero necesario ejercicio previo persuasivo y disuasivo, debe permanecer incólume dentro de las expectativas ora como padres de familia ora como gobernantes, ya que aquella -itero- como núcleo esencial de la sociedad y esta a su vez del y de los Estados, tiene su génesis como proceso natural inexorablemente inclaudicable. El hombre y la mujer, única división de la especie humana creada por nuestro Señor, finalmente somos los encargados de obedecer el mandato Divino cuando sentenció "creced y multiplicaos".
Todo, absolutamente todo lo que vaya en contra a tales postulados e incluso a aquella lógica, pone en riesgo de extinción, a la postre, a la familia y al Estado.
Es la razón de la "mano dura" en el entendido obvio de la fuerza y decisión inclaudicable que finalmente debe tener quien se dice gobernante y como tal se sintió con la valentía de defender la bandera de la sensatez como único camino para sacar avante un verdadero Estado dentro de este contemporáneo tráfago asocial y contra natura.
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