EL ODIO

La vida, o mejor, quienes estamos atravesándola somos sujetos de sinnúmero de situaciones ora voluntarias ya involuntarias dentro de las que se cuentan nuestras relaciones interpersonales bajo los calificativos de "amigos", "conocidos" o "enemigos" dirigido a nuestro par según lo que actualmente se denomina como la "química" que adorne y estimule la relación, siendo destinatario para el primero la o las personas que ademas del solitario y llano conocimiento cuentan con ese plus que podría acercarlo a un hermano o incluso mas, situación o componente éste que faltando al segundo solo lo deja con ese mero conocimiento, mientras que para el tercero lo tendrían destinados quienes por una u otra razón, habiendo sido amigos o conocidos, llegaron a ese simple rechazo. 

Ahora bien, ademas de ellos se ha dicho que EL ODIO constituye otro, pero la verdad es que éste para que se genere, otros componentes son los que lo estructuran como que no es una solitaria enemistad; el odio tiene relación con la repulsión e incluso el deseo del mal para la persona, ya que es un sentimiento producto o secuela regularmente de una acción en detrimento de uno de los dos. El odio, como sinónimo de abominación, de aborrecimiento, solo puede producirlo quienes nos han causado un mal tal vez irreparable.  

Jesús dijo: "Amaos los unos a los otros", elemental razón para que aquellos sentimientos de enemistad y de odio sean y deban ser absolutamente excluidos de nuestra condición humana.

Como colofón de aquellas premisas hay que decir que, no el sentimiento sino el término ODIO se ha convertido en el eufemismo mediante el cual se combaten ideales o puntos de vista que, encontrados, sencillamente se toma por uno de los contrincantes argumentando ser victima del mismo para generar solidaridad como en nuestro medio se observa regularmente en el escenario político cuando se afirma a diestra y siniestra, solo para producir aquella solidaridad que reviste al pueblo Colombiano, "hay que erradicar los odios" como fatua respuesta a una vertical, seria y argumentada oposición como la que se produce por el Centro Democrático y su vocero el Senador Alvaro Uribe Velez contra el gobierno de Juan Manuel Santos, ya que, elegido con la plataforma y los votos del Uribismo traicionó los ideales y al mismo Pueblo Colombiano cuajándose la entrega del Estado a las farc.

Siendo -como atrás se dijo- el odio, un aborrecimiento, una abominación, es impensable que lo pueda producir un solitario desacuerdo de ideas, es decir, el no pensar de forma similar sobre un específico tema, ya político o social; su causa de hecho es trascendente, muy seguramente por una agresión ora física o moral, verbigracia, la violación de un miembro familiar o su homicidio, es decir, episodios que trasciendan en la esfera personal o familiar.

De otro lado la pregunta que restaría sería si se puede odiar, aborrecer o abominar a una persona que nunca te ha hecho ninguno de esos despropósitos y sobre todo, a una persona que ni siquiera conocemos, ni hemos cruzado jamas una palabra con ella? La verdad no; no tiene sentido y menos lógica. Por eso itero que el cuento del ODIO se ha convertido en una solitaria y llana carencia de argumentos que se pretende disimular con ese eufemismo.

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