ASOMBRO

El asombro constituye la génesis de la filosofía, decía nada mas ni nada menos que Aristoteles. Y el asombro es connatural a la misma existencia como que ésta justamente propicia los fenómenos que permiten la posibilidad de admirarse o de asombrarse. Siempre he sostenido y justamente la secuencia vivencial permite de mi parte la confirmación, que todo es producto del sino que se nos ha marcado cuando arrimamos a esta inesperada e inexplorada vida. Efectivamente, en contravia a ello se dirá que porque razón y con qué licencia quienes verdaderamente atropellan la existencia y su lógica no les sucede absolutamente nada; que pareciese que la vida les premiara sus malos hábitos, pero resulta que solamente eso es lo que nuestros ojos ven. La vida es dispar en el entendido de que todos no venimos para lo mismo, excepto, la sagrada procreación.

Pobres, ricos y dentro de ellos, unos más pobres y otros más ricos; algunos ebanistas, cantantes, motoristas; ora ingenieros, abogados o médicos, etc. y dentro de ellos igualmente la existencia de algún plus que los diferencia. Una cadena en la vida que proporciona el engranaje vital para la subsistencia de unos y de otros y en ese orden de ideas, no podemos ser absolutamente iguales; de hecho, nada es absoluto.

Las enseñanzas Divinas nos señalan lineas de comportamientos y cuando el ser humano se ajusta a ellas es que pareciese que no encuentra explicación a su tragedia; "Porqué Dios me ocurre a mi?" una y otra vez nos preguntamos, pero, será entonces que alguna razón existe? Obviamente debe existir, pero, igual que aquella diferencia relacionada con quienes acatamos y quienes no, pareciese que careciera de ella por lo que, como dirían los médicos a su paciente incurable, hay que vivir con el mal y adecuarse a esa condición de vida que en últimas por las afugias que sean o le revistan no deja de serlo y, como estamos aquí sin gratuidad alguna, muy seguramente aun nos falta por aprender y asimilar.

En pretérita oportunidad una voz de procedencia Divina arengaba que alguna razón tuvo El para darnos esa efímera ubicación y en efecto el inexorable paso del tiempo y la oportuna corrección del camino por virtud de la disposición de ánimo, finalmente la evidenció.

"Pedid y se os concederá" dijo Jesús en alguna ocasión. Obviamente si bien sin destinatario específico éste acataría los mandatos Divinos ya que comporta una forma de persuasión, partiendo obvia y lógicamente que ello sin fe, en el entendido que es la creencia y la capacidad de comprensión de lo que no se ve o de lo que no está al alcance de nuestros humanos ojos, no obtiene efectos.

Luego, si no podemos ver a Dios y específicamente no podemos ver sus manos y recibir de El lo que imploramos, es absolutamente claro que utiliza otro medio, otras manos y otra persona que igual que yo no puede verlo pero que por su fe en El y por su don, finalmente es utilizado como conducto Divino. No puede quedar la más mínima duda.

Su omnipresencia lo permite, y todo lo posibilita.