SEGUNDA VUELTA, MAS FACIL AUN...

Preguntaba el por qué motivo la izquierda, como sistema de gobierno, nunca había accedido a la Presidencia en Colombia contando con la posibilidad de elección el grueso de ciudadanos habilitados para sufragar. A grosso modo la elemental respuesta es que su política, su sistema de gobierno soportado en la igualdad de clases que comporta la erradicación de la propiedad privada entre otros aspectos que limitan la libertad individual en sus muy variadas aristas, amén de los espejos que nos brindan Cuba y Venezuela -por citar solo 2 por virtud de su vecindad- no logró seducir al pueblo Colombiano -contrario sensu- acostumbrado a vivir dentro de una democracia liberal donde la propiedad privada es fuente de prosperidad individual, social y familiar.

Por virtud de la enorme polarización que vive el Pais a instancias de Juan Manuel Santos quien logró desde su arribo a la Presidencia de la República con su verso de la paz dividirlo en amigos de la paz que eran los que lo apoyaron en lo que resultó ser la claudicación del Estado a las farc y enemigos de la paz quienes cuestionaron su mecanismo y entre otras cosas las enormes concesiones que le hizo a sus cabecillas como la absoluta impunidad para sus muy variados delitos de lesa humanidad y el haber conexado el narcotrafico al delito político, la confusión y el desconcierto envolvieron al pueblo Colombiano, por una sencilla razón: todos queremos la paz pero no al costo social y político que pretendió Juan Manuel Santos, quien -oigase bien- cuando todo el pueblo Colombiano le dijo NO a sus acuerdos de paz sencillamente hizo caso omiso al resultado del Plebiscito desconociendo el mandato y la decisión del soberano pueblo, porque -como él mismo lo dijo: "Hago lo que se me da la gana". Ahí fue el acabose.

El sofisma de la paz consagrado en los acuerdos firmados por Juan Manuel Santos y las farc constituyó el caballo de batalla donde todos los candidatos a la presidencia, excepto Ivan Duque, se montaron creyendo que el verso habia calado. Además de ello por parte del comunista o socialista (que es lo mismo) Gustavo Petro condimentó "la vida en paz" con un Estado benefactor, con un Estado beneficio que se encargaría de ubicar a todo el pueblo Colombiano en la clase media para lo que acabaría con la propiedad privada, tal cual hizo su ídolo Hugo Chavez en Venezuela de quien el mismo Gustavo Petro se jactaba de reconocerse su asesor en esos temas.  Pero ya Colombia entera sabe a ciencia cierta cual es el resultado del experimento socialista: se conoce de primera mano la miseria que vive el pueblo Venezolano.

Esos dos extremos: Gustavo Petro que representa un salto al vacío, conociéndose -reitero- la falacia del socialismo que conlleva al pueblo a la miseria e Ivan Duque estigmatizado como enemigo de la paz, propició que muchos Colombianos se decidieran por quien consideraron era el término medio: Sergio Fajardo, quien, sin siquiera tomar parte en temas álgidos del Estado que por desconocer sencillamente evadía, solo se centró en el ataque a la corrupción y en la educación, aspectos estos de los que también obviamente se ocupó Ivan Duque en su programa de gobierno. El cansancio del pueblo Colombiano entonces propició la parcial sorpresa de Sergio Fajardo a quien no le alcanzó su votación para la segunda vuelta que hoy nos vemos enfrentados, donde, por la clara circunstancia que se avizora ameritó el epígrafe de esta nota: "Segunda vuelta, más fácil aún..." porque se debe escoger entre la tiranía y la miseria que nos evidencia el pueblo Venezolano o la democracia, libertad y prosperidad que nos posibilita la misma, tal cual hemos venido viviendo de antaño.

Con esas dos clarísimas opciones me resisto a creer que el grupo de compatriotas que votaron en mayor cantidad por Fajardo y en menor por De la Calle y Vargas Lleras, finalmente pretendan vivir estilo Venezolano: bajo una absoluta precariedad y miseria obteniendo mendrugos de comida de las cestas de la basura ya porque no tienen dinero para comprar ora porque el desabastecimiento es enorme. La sensatez y la cordura indica que esa escogencia es jugar con nuestro presente y sobre todo el futuro de nuestros hijos y nietos quienes son los que en últimas tendrán que verse abocados a lo que hoy hacen nuestros hermanos Venezolanos porque el socialismo populista "ama tanto a los pobres que los multiplica".

La sensatez y la cordura nos clarifica que la salida a ese abismo, a ese potencial infierno que representa Gustavo Petro, es y solo es IVÁN DUQUE con quien tendremos en primera instancia la vida y la libertad dignas que siempre hemos tenido.



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