TERQUEDAD O BRUTALIDAD?

Otrora la controversia se suscitaba el ser liberal o conservador, ahora o se es de derecha o se es de izquierda; entonces, la pregunta que surge inmediata es: aquellos partidos políticos y sus prosélitos dónde quedaron si por antonomasia  son o eran de derecha en oposición al ala izquierda? Elemental: no había convicción ni ideología política en unos y otros que es lo que hace y crea a su verdadero exponente; se tomó el camino que más convenía a sus muy personales intereses.

Las farc y el eln surgieron justamente como oposición a lo que encarnaba, según ellos, la derecha: la opresión al pueblo. Su lucha armada, su insurgencia era movida por la reivindicación de los derechos conculcados del pueblo, gritaban una y otra vez como sus consignas, lo que, sin profundización alguna podía calar. Nada de propiedad privada, expropiación y finalmente la igualdad del pueblo constituían algunas de sus directrices. Si vemos ahora a las farc y al eln perdieron ese norte ante el dinero fácil y a montones producto del narcotráfico, la minería ilegal y toda suerte de secuestros, asesinatos y desplazamientos forzados que los situaron como uno de los grupos guerrilleros más ricos, archimillonarios y prósperos económicamente del mundo. Entonces, dónde quedó aquello de reivindicar los derechos del pueblo? Colombia los rechaza y muestra de ello es su reacción cuando el tenebroso Timochenko ha osado salir a diferentes lugares haciendo proselitismo político: el abucheo y las catarata de huevos en su dirección ha sido la respuesta unánime.

De los políticos tradicionales entonces con algunas contadas excepciones hasta podría entenderse y comprenderse el salto enormemente contradictorio que hicieron en ir de la derecha (liberal o conservador) a esa izquierda, como que solo los mueve su bienestar personal buscando por ello, como popularmente se dice, el árbol que más sombra les dé. El altruismo como componente obligado de un político para ellos no existe por lo que pueden ir de un lado para el otro dando brincos políticos por doquier sin vergüenza alguna; Colombia tiene grandes exponentes.

No se entiende ni se comprende es que el Colombiano de a pie -no aquel político camaleón- el Colombiano que sufre y padece en carne propia los embates de la reforma tributaria y el incremento del IVA; aquel que llora y critica el incremento de las semanas y edad de pensión, aquel que año tras año lanza críticas acerbas por el exiguo incremento del salario mínimo, etc. mientras que para las farc no existe límite alguno, sencillamente cual borregos y siguiendo lineamientos previamente concebidos por aquellos desvergonzados políticos, solo volteen a mirar hacia Alvaro Uribe Velez para, cual caja de resonancia, hacer eco solamente de los embustes cuyo propósito solo es dañarlo políticamente y quitarlo de su camino como bandera de la oposición, de la derecha que siempre ha gobernado en Colombia y de la cual liberales y conservadores han sido sus exponentes en la Casa de Nariño justamente hasta la finalización de su periodo presidencial que fue seguido por el infiltrado y nefasto Juan Manuel Santos que con su falaz proceso de paz les allanó el camino hacia el poder a esa izquierda, comunismo o socialismo representada en las farc. Por tal razón, habiendo aglutinado a los desvergonzados políticos con excepción del infranqueable Alvaro Uribe Velez, dia a dia se arrecia el ataque jurídico en su contra.

Entonces son dos alternativas que tenemos los Colombianos: seguir viviendo en la Colombia libre y democrática que nos ha proporcionado, nos proporciona y proporcionará la derecha o tomar el camino y salto al vacío que constituye la izquierda que es el mismo socialismo del siglo XXI defendido a ultranza por las farc que, para los Colombianos extrañamente apáticos y para los caja de resonancia contra su propio bienestar y el de los suyos, deberían mirar hacia Venezuela donde la miseria, la desesperanza y la muerte producto de ese socialismo campea por todo su territorio.